Para mí no ha pasado el terror. Lo siento latente, los mesías no descansan imponen sin compasión su catecismo, dominan el altar de nuestra existencia.
En un principio transformaron una liturgia religiosa en un ideario racista y formaron sus ejércitos de apasionados catequistas y ajusticiadores.
Luego, asesinaban con aquiescencia torturada de todas esas personas apaleadas o amenazadas en bares, en la calle, en los institutos y universidades, en sus casas, en cada lugar donde pudiera oirse una ostensión. Cientos de miles de vascos que no cuentan en las listas de víctimas habiendo sido aplastada su dignidad, su libertad, su capacidad reactiva ante el terror. Cuando llueve, paragüas y caminar rápido.
Conscientes de su poder, hundieron la industria, impusieron la lengua Batua, cambiaron los relatos históricos académicos adueñándose de sistema educativo, establecieron el patrón de vasco auténtico en sus diversas modalidades sociales urbanitas y campestres, se adueñaron del vocabulario para relatar sus mentiras (impuesto revolucionario, autogobierno, ejecución, terrorismo de estado, conflicto, paz, … ) y dominado el sistema propagandístico la maldad y la miseria se establecen allende la muga vasca. Miles de paisanos padecieron ostracismo, los más huyeron.
La crisis económica impedía sostener un ejercito de asesinos, así que hablaron con sus infiltrados en un partido político estatal y quedaron de acuerdo en escenificar una entrega de armas por parte de los iluminados, con notarios del vaticano y uso propagandístico de toda su jerga en los medios comunicativos – así, forzosamente todas las noticias son tendenciosas – Hoy se sigue hablando del generalísimo Franco y del bombardeo de Guernica, casi nada de los asesinados y oprimidos durante < el periodo del terror > en la tierra de las pasiones banderizas de banderola.
Por las estradas caminan contentos los representantes del dios de Roma, que no tuvieron bajas en los años del plomo, mientras los demás siguen con su andar cobarde adquirido durante muchos años de práctica, pero más pobres… aunque muy vascos.
Aún no ha terminado el genocidio de los contrarios a las ideas separatistas de unos vascos y de otros que se sienten sosias de tales – los más crueles por su complejo de maquetos -, ungidos por mando divino y pecunia de guante negro, porque ocupan todos los cargos importantes, menos importantes e insignificantes en todos los departamentos políticos y despachos principales de las vascongadas; porque siguen siendo subvencionados con dinero español y sobre todo, porque saben desde sus comienzos que el pueblo vasco es muy, muy cobarde..
¿Quién osa decir, que los habitantes de estos paisajes no somos víctimas de esta trama o que ahora seguimos dominados por la visión de esos asesinos liberados por los jueces en el quehacer diario ?
Parece mentira, pero la parte alegre de la vida me fue extirpada a fuerza de desconfianza, todos podíamos ser chivatos…
Desgraciadamente ciertos muertos no mueven memoria. Descansen en paz.
José de Laburu y Rivaya
Bilbao, 16 de junio de 2017